Despliegue luminotécnico, tecnología ultra-avanzada en su máximo esplendor, perfección soberbia que no le permite a los ojos el lujo de pestañar... Un país/continente (título merecido por sus algo más de 1,300 millones de habitantes) que parece tener calendarios adelantados al menos con un siglo de ventaja pero que tristemente cobra un alto precio a su gente: la libertad.
Una China colosal que fabrica soldaditos de cuerda a gran escala, que se rie de los derechos humanos y la igualdad social, que da su mejor cara al mundo, mientras los del otro lado simulamos creer que es verdad... ¡Que sigan las ovaciones! ¡Que por nada del mundo se detenga el carnaval!
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