En el fútbol como en la vida...

En la cafeteria del hospi estaba tooooooodo repleto, pero aun así a cualquier persona que llegaba se le hacía lugar... Las mesas se hicieron una, que coincidieramos allí, por primera y última vez daba igual, estabamos "entre amigos"... Los gritos de emoción se dejaban sentir por los pasillos, quedando terminantemente prohibido pestañar durante casi 2 horas... Los enfermos no llegaban, sólo se respiraba alegría y bienestar (la devoción por San Fútbol y sus milagros)... Viendo los marcadores como una aparición: 0-3, España pasa a la final...
Y es que en el fútbol como en la vida, cuando toca, toca (lo bueno incluido) y ese instante que por lo intenso toma matices de eterno, no lo podemos dejar escapar... Así que venga, aprovechemos la dicha de ser parte (al menos un rato), del selecto grupo de "los escogidos"... Oe, oe, oe, oe... Oe, oe...

A cornadas con (o por) la vida...

A primera hora, mientras desayunaba, me quedé anonadada viendo a los enardecidos espectadores en Las Ventas, con un José Tomás (torero de Galapagar) que se desangraba, luciendo con sonrisa y garbo la tercera oreja de la corrida, como el más preciado galardón... Con muñeca, muslo y quien sabe que otra cosa más agujereada... Grotesco... Lo veo y se me paran los pelos...
A última hora de la tarde, llegó Helena... Verla en el hospi, sin cita previa, es ya un mal augurio... Desde el jueves el oxigeno no logra quitar el tono azulado de su piel... Sus pulmones se exprimen a ritmo de locomotora, dejándola frustradamente sedienta y con el cántaro vacío... Con palabras entrecortadas me cuenta de los exámenes, de la ilusión ante los resultados de la selectividad (que estuvo más jodida este año, que los anteriores), mostrándome el esmalte rosa con que pintó sus uñas... Sólo la veo tambalearse ante el hecho inminente de un nuevo ingreso, que un débil "Si ya me siento mejor" trata de detener a toda costa...
Caramba, si que son fuertes las cornadas de la vida... Disparadas sin clemencia/compasión/piedad... Ni Helena, ni Juan, ni Huicachi, ni ningún@ otr@ de mis valientes torerit@s, protaganizará titular alguno.... Pero se oye un "OLE" GRANDE (INMENSO) y de pie en cada corazón que está a su alrededor (entre ellos me incluyo, ¡Que suerte!)...

Ay, Papito...

Comenzaste diciendo:

" Ese modo de andar
ese look cha cha
cha
casi casi vulgar
y esas
tetas...
me senti castigar
te
dije si si...
por tu forma de amar
tan salvaje...
Hay un angel en tu
mirada..
Ese que sabes, solo tú,
solo tú"...

Y ya me tenías enloquecida... Luego me cantaron (tú-Miguel, mi amor de hoy y mi amor de siempre): "Morena mia"... Yo me creí cada palabra, quedando otra vez fulminantemente derretida...
Así que comencé a cantar para tí (para ustedes)... Poniendo música a lo que el corazón no se cansa de decir:
Miguel, tus canciones han sido parte de "la banda sonora" de mis días taaaantas veces que ya perdí la cuenta... Me traduces los sentimientos de puta madre, como cuando canto:

"El tiempo agotado en compases de espera,
dibuja un desierto por dentro y por fuera,
que tira pa'tras a quien logre acercarse hasta aquí...
No quiero pasados cargados de impuestos,
ni busco imposibles en cielos abiertos,
Quiero algo que valga la paz por la que hay que apostar...
Amor inmenso y sin herida,
sin historia y a medida,
amor que no haga mas preguntas,
preparado a no entender...
Amor que mire bien de frente,
suficientemente fuerte,
amor que no busque salida
y no me cueste la vida"...

Para tí, mi amor de hoy, que sostienes mi cabeza en su lugar cuando tengo la certeza de que la he perdido:

"Tirar pa´lante
Hasta que el corazón aguante
Sin que me importe
Nada
ni nadie
Y hasta que pueda
Solo quiero amarte...
Apasionarte,
Apasionadamente, atarte
A mi cintura
No obedecerte, crucificarte,
Y luego mirarte,
Solo mirarte,
Hartarme de mirarte,
Hasta
cansarme, hasta cansarme
Mirarte
Solo mirarte...
Amar, amar,
amante puedo
De amor, amado, amante quiero
Amadamente amor amado y
solo amar
Amar, amar, amarte y luego
Amante se que quiero
Amadamente
amor amado y solo amar"...

Y por supuesto, a ti mi amor de siempre, que te vas (o me voy) pero te quedas:

"Todas nuestras tardes son,
bajo estrellas escondidas
luces que mi corazón
se pensaría...
Desnudarme como soy,
siendo así como la arena,
que resbala en tu querer
por donde fuera...
Darte para retenerte,
recelar si no me miras,
con tus ojos,
tu boca,
tu sabia que es mia, mia...
Responde a mi nombre,
si te lo susurran,
arranca de todo mi piel
que es tan tuya,
que arda mi cuerpo si
no estás conmigo amor...
Olvidame tú,
que yo no puedo,
no voy a entender el amor
sin tí...
Olvidame tú,
que yo no puedo,
dejar de quererte
por mucho que lo intente
no puedo,
olvidame tú...
Que bonito cuando el sol,
derramó sobre nosotros,
esa luz que se apagó
y que se perdia...
Si tú quieres quiero yo,
palpitar de otra manera,
que nos lleve sin timón,
lo que nos queda...
Y el tiempo nos pasa,
casi inardvertido,
golpea con fuerza,
lo tuyo y lo mio,
que pena ignorarlo
y dejarlo perdido amor"...

Como dices tú (Miguel) "no se es fiel con la razón...si con el alma"... Así que no dudes que te quiero (los quiero...) Tenga o no tenga sentido :p

Juégale, apuéstale...

Soy yo, aunque a todo el mundo no le guste (de vez en cuando a mi tampoco, pero ya ni modo :p) Se acabó el andar mis días, llevando a cuestas un montón de explicaciones, con tanta carga se va reduciendo la velocidad a cada paso... La fuerza de gravedad se encarga (literalmente) de mantener los ojos fijos en el suelo (teniendo taaaaaanto allá arriba que mirar, eso es casi un sacrilegio)... Los días empezaron a vestirse con los mismos colores (que aburrido), lo seguro/rutinario/sin riesgos conquistó a mis neuronas, convenciéndolas de ser la mejor opción... Ellas (las susodichas) son todavia tan ingenuas, que ni yo me lo puedo creer, no me culpo de que en autodefensa algunas veces las desconecte... En fin, que regreso a mi viaje sin boleto, dispuesta a dormir en cualquier parte donde sienta latir el corazón... Dejando la piel mientras llego, pero sin dejar de tararear una y otra y otra canción...

"Hay que perderse en la noche,
ver como todo se rompe,
que aquí no hay ni canalla, ni profeta,
duramos lo que un cometa...
Hay que jugarse la suerte,
hay que apostarle pa' hacerse fuerte,
volar aunque te partan las alas,
que nunca pasa nada"...
Nunca pasa nada, Miguel Bosé.